lunes, 17 de noviembre de 2008

Una vez más.

Esta vez haré lo que más me gusta: hablar sobre mí.


Y nada es difícil las noches de soledad en que te nace, de quién sabe dónde, ese sentimiento de quién sabe qué que te hace sentir que todo lo puedes y a nadie le debes.

No es que sea miedoso, pero me siguen asustando las historias de las que habla la gente porque, no es por presumir, pero de pequeño estaba rodeado de sucesos curiosos. Seguido, cuando estaba solo en casa, sentía que todo a mi alrededor era extraño. Sabía que eran las cuatro paredes entre las que había estado toda mi vida y aún así todo parecía tan ajeno! Y el silencio metálico envolviéndome, torturando mis oídos y mi pequeña y aún tierna mente. La desesperación de mover mis pequeñas e -en ese tiempo- inútiles manos y ver la lentitud con la que eso pasaba provocada por el peso que sentía sobre mí, aun cuando, si no intentaba moverme, parecía estar flotando...

"Porque si estas no siento frío..." dice la canción y pienso que, si eso fuera realidad, preferiría estar solo para siempre. Pero no es así. El frío esta dentro de ti. El frío esta plasmado a delgadas pinceladas en una esquinita de tu alma. No importa si estas con una o mil personas. El frío esta. El frío se queda, el frío no abandona.

Si el Dios de las religiones fuera como mi frío...! Pero no. Por eso mi Dios no lo conoce nadie. Por eso mi Dios y el suyo no es el mismo. Porque mi Dios es frío, sensato, infinito, incomprensible, y solo me conoce a mí. Porque el frío es mi Universo y mi Universo es mi Dios. Para mi Dios no hay ciencia que pueda cuestionarlo, pues mi Dios no es débil. Cada quién debería tener su propio Dios. Su propio Universo, su propia luz dentro de si. Si fuera asi, creo que habría, si no menos problemas, un poco más de paz interior en cada individuo.

Pero ellos nunca escuchan.



Tal vez si me refugiara en ella para siempre, tenga oportunidad de sobrevivir. Pero qué forma de vivir es esa?