Momentos I.

"Un vaso de vino barato y sales a simplemente escuchar la noche"

Anoche viajé sin mover un dedo. Anoche la tibia ilusión de un futuro perfecto me invadió lentamente, infló mis ojos y mi cabeza reventó. Mi cerebro se esparció por el garage manchándolo todo de colores bien intensos, iluminando la noche. Me molesté. La noche se hizo para ser oscura y tranquila, hogar de amantes y antagonistas. Antagonistas silenciosos. Contrariedades nunca, contratiempos jamás.

Aquel que se atreve a manchar el oscuro manto estelar de una noche perfecta con luminosidad debería ser condenado. Debería ser olvidado por el mundo y sufrir más que cualquier ser vivo.

"Sal, toma asiento, guarda silencio y escucha la nada. Esto, amigo mío, es la noche"

De un viaje.

Pues no me gusta mucho platicar del día a día, de lo normal, pero esta vez creo que merece la pena.

Entre horas de insomnio y mucha hambre, o de caminar y caminar hasta casi desvanecerse, o de escuchar el blues del cumpleaños o de beber una cerveza inglesa enorme...

En fin, estos 5 días apenas pasados han sido los mejores en algún tiempo. Creo que nunca lo había pasado tan bien fuera de aquí.


Ah!!! Las quesadillas, las cositas, el sweater, la bufanda y las librerías, la pizza, el cine y el vino con frutitas... las tías, las abuelas y los primos, las pláticas de football y apuestas, que si el cobre contra el alcohol y los radicales libres... los tacos, la rosca y el chocolate. El croissant, el café y el chipotle con frambuesa... el papá, la mamá y el hermano, los extranjeros y los nacionales. Coyoacán, la condesa y los museos...



Será bueno volver para no volver.