viernes, 11 de julio de 2008

Ya es tiempo.

De olvidar el aire, pero volar en el viento. De jugar entre los niños e ignorar a los adultos. De liberarme de todo, de ponerme de cabeza, de quitarme estas escamas, de pararme de esta silla. Esta silla que se ha convertido en poco menos que una prisión. Una cómoda pero horrible prisión.

Creo que por todas partes quieren mi cabeza. No los culpo. Mi cerebro es muy valioso.

Hoy no bebí café y eso me llena de cierto no se qué que no me agrada. No me agrada para nada, pues esto es una verdadera mierda. Pero estuve con ella prácticamente todo el día. Pero estuve cansado. Mucho. Y dormí. En sus piernas y en el piso. Dormí. Y ahora lo necesito de nuevo. No puedo escapar. Lo necesito.




Dormir.

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