martes, 12 de agosto de 2008

Es hora.


Siempre es hora. Es hora de caminar, hora de tomar conciencia, hora de actuar, hora de pensar, hora de comer, hora de clase, hora de ir al trabajo, hora de jugar... Todo esta programado.

Me enferma.

Para qué tanto horario si, no importa qué, moriremos. Para eso simplemente no hay hora. La muerte llega intempestivamente: se pasa toda nuestra vida coqueteando a nuestra alma hasta que al fin logra seducirla. Luego la toma de la mano y la lleva en su barca hacia nuestro nuevo destino.

El cual obviamente desconozco, pero me agrada pensar en él.



Y a todo esto, de qué hablaba?

1 comentario:

shalala_la_la dijo...

A mi tambien me agrada aunque luego me da miedo el pensar que estaria mejor pero bueno que estupideces escribo

te amo demasiado pepe