jueves, 1 de octubre de 2009

Paris is Burning.


Hoy, después de mucho tiempo, volví a experimentar lo que se siente ser transportado de un lugar a otro en completa calma, con el viento en la cara y algunas buenas canciones que aleatoriamente sonaban en mi Ipod.

Si, yo tengo un Ipod. No un Iphone ni un Ipod Touch. Un Ipod de 80 Gb. Llevo ya un año con él. Fue mi regalo de 20 años de parte de mis padres. No, no soy millonario. Solo me regalaron un Ipod. Pero me fue bien, generalmente de unos tenis o una camisa no pasa.

De cualquier forma, sentía el viento en la cara y escuchaba solo algunas frases de las canciones pues me encontraba perdido, tranquilo, nostálgico. Fue una sensación más bien extraña, pues casi había olvidado lo sublime que es estar en movimiento sin sentirlo, y en paz contigo mismo. Es bueno no ser quien conduce de vez en cuando, aunque conducir tenga ciertas ventajas y privilegios.

"No volverás a ver la mirada triste del chico que miraba el infinito..." Esa frase, si no me equivoco, fue la primera frase que llegó a tocarme. No el primer verso de una canción, sino la primera frase. La que más profundo ha llegado hasta ahora, pero eran otros tiempos y era aún más ingenuo de lo que soy ahora.

"I am sorry to report dear Paris is burning after all..." Esa canción. Esa canción tiene algo y no me recuerda a nada en concreto. Simplemente me asusta. Esa tonadilla aguda que pudiera perderse si no se escucha con atención, entra por mis oídos y me hace sentir temor. Por alguna razón, aunque no tenga posiblemente nada que ver, me recuerda al primer libro que leí y que me enamoró. Un libro sobre máscaras, música, inmortalidad y mucha maldad.

En fin, sentir que eres jalado simplemente sin saber a ciencia cierta a dónde, es bastante sencillo. Cómodo. Creo que éste día tuvo muchas cosas que brillaron por sí mismas. No tengo ninguna queja sobre éste día.

Hoy volvieron algunas esperanzas y conseguí algunas respuestas. Esperanzas y respuestas que no compartiré con nadie, pues nadie sabe siquiera que existía tanta desesperación y preguntas. Cierto es que no involucraban a nadie, pero ha sido un gran logro para mi haberlas encontrado.

Hoy mi espíritu se encuentra mejor de salud que ayer. Sí, soy un chico espiritual.

No hay comentarios: