domingo, 22 de agosto de 2010

Algunos meses.

Es curioso, ir conversando y recordándolo todo. Poco a poco, no hay prisa. Ir leyendo linea a linea, caracter por caracter, incluyendo los espacios. Y me viene a la mente, súbita y vulgarmente como cualquier impulso nervioso que, lejos ya de considerarse un milagro, es un insípido choque eléctrico más: ella estaba dividida en dos. Me gustaría poder decir que se debatía entre su lado -el lado del tipo con el nombre falso- y el mío -el lado del tipo con nombre común, como el de los perros en los comerciales de alimento para perros-, pero no puedo hacerlo. Ella no buscaba un lugar para estar mejor. Ella buscaba dos mundos que pudieran servirle de aperitivo. Cuál sería el almuerzo, quién sabe. ¿A quién le importa?

En fin, querido amigo, ¿qué puedo decirte yo? La verdad es que no termino de entenderlo, he dejado de prestarle atención. Me viene a la cabeza de repente una imagen de una mecha muy larga, encendida. La pequeña chispa corre velozmente sobre la mecha, dejando a su paso un rastro negro, como su cabello, y, de pronto, una cuchilla cae. La mecha se corta, la chispa se extingue a falta de combustible, todo termina. Tal vez el mundo esté a salvo. Tal vez la mecha era solo una mecha, tal vez no llevaba hacia ningún lado. Tal vez era ese su destino y el mío.

2 comentarios:

aamb dijo...

O tal vez podrías hacer libros como los de Jack y yo los leería como Peter, de pies a cabeza escondiendome para sacar los sentimientos n_n
Espero tu llamada

te amo

pepitoesbiencool dijo...

Pero si todos los personajes son ficticios.

=)