martes, 1 de julio de 2008

Something in the Way.


Yo no tengo camino ni manera, así que no importa.



Importa el hecho de que al final yo nunca te necesité. Importa el hecho de que al final estarás solo. Importa el hecho de que al final querrás al menos arrastrarte y ni de eso serás capaz. Importa el hecho de que tu dignidad habrá sido lo primero en morir y la mía estará intacta (y revolcándose de risa). Importa el hecho de que te ahogarás en mares de miseria. Importa el hecho de que yo te estaré viendo en la orilla con una cuerda en las manos con la que, por cierto, preferiría colgarme que salvarte.



Importan muchas cosas.





Y ahora que me he animado un poco y se escucha "On a Plain", seguiré.


Hoy no quiero quejarme realmente, pues todos sabemos que ya no tiene caso. No lo tiene de lo que yo me quejo, al menos. Y de qué me quejo? Si preguntas es porque no estas listo para saber la respuesta, querido lector.


Si, aún si Carlos me llama como me llama, sigo insatisfecho. No le encuentro razón a ser lo que quieren que sea si de todos modos terminaré donde todos terminan: el olvido; ese mágico ningún lugar. Ese a donde van los problemas que han encontrado una solución. Ese a donde se refieren las personas cuando se les ha borrado algo de la mente. Ese que a muchos les gustaría visitar en busca de viejas memorias.

No me cansaré de repetirlo. No en un buen tiempo al menos. No veo la pendejísima razón de por qué debo ser una persona "de bien" si al final de todo, sin remedio alguno, mi vida (por buena o mala que sea), se verá seducida por las ofertas y promesas de la muerte... Dulces promesas.



Y lo que más me caga, es que no dejo de hacer nada de lo que me veo obligado a.

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