viernes, 22 de agosto de 2008

Sesenta.

Si quieren escuchar la historia de mi vida, muy bien.



Escuchar una canción y recordar situaciones. En eso se van mis momentos. De eso tratan mis segundos. De eso viven mis minutos y por ello sobreviven mis horas. Después considerar que lo que tengo ahora es mucho más y mucho menos de lo que he tenido jamás y siempre.

Dos décadas, saben? Son ya casi dos décadas de existencia... si en tres años son mil días aproximadamente, eso significa que no he vivido un grano de arena de lo que corresponde a la existencia del propio universo.

Pienso que deberíamos reír de todo. De la muerte, del dolor, de la traición, de la risa, del sabor, de cada simple sensación. De lo que nos afecta física y emocionalmente, de la mierda, de él, de ella, de los cristianos, de los ateos, de los judíos y del mismísimo Jesús, que para mí es nada y otros ni siquiera me considerarían digno de pronunciar su nombre.

La risa, el llanto, lo frío y lo caliente, los ridículos, los exagerados, los que no tienen idea y los que escuchan voces y ven sangre salir de los muros. Los que tomarán mi historia como propia y los que no harán más que reír de mi. Nadie vale algo, pero nadie vale menos que nada.


Todos, todos somos tierra.

1 comentario:

shalala_la_la dijo...

me encanta sentir algo hermoso cada vez que leo algo de lo que escribes, te amo demasiado y si soy cursi pero ji es que te amooooo te amo te amoooo