domingo, 28 de septiembre de 2008

Una peculiar reflexión para el momento menos indicado.

Una noche Isabel manejaba en su auto por una calle muy oscura mientras escuchaba música y fumaba un cigarrillo. Era ya otoño. Una noche agradable, no muy calurosa ni muy fresca. Enfrascada en sus pensamientos, de pronto cambió de canción y, después de reconocerla al escuchar las primeras tres notas, notó que un aire frío de pronto se apoderaba de la noche...

Una canción que no traía consigo ni alegría ni tristeza, simplemente nostalgia. Esa nostalgia que los recuerdos siempre cargan en su espalda: una nostalgia hermosa, fría como el hielo, pero cálida como la sensación del primer trago de vino recorriendote el esófago. Recuerdos de un año atrás -quizá un poco más-, cuando encontró, no sin sorpresa, la desaparición de su sombra tras un largo periodo de temores y problemas.

Terminó la canción y con ella el cigarrillo, pero se quedó pensando toda esa noche.

Isabel llevaba una vida agitada. Tranquila a los ojos de cualquier persona que se tomara la molestia de mirar, pero agitada para si misma. Isabel no estaba hecha para las presiones. La más mínima señal de problemas le causaba un severo dolor de cuello y espalda. Isabel fue creada simplemente para disfrutar el hecho de respirar, de sonreír, de reflexionar y llorar de vez en cuando. Respirar las noches frescas y matar la profunda seriedad de la vida de hoy en día.

Toda esa noche lo pasó reflexionando. Aún era joven, estudiaba, tenía por qué vivir, pero algo faltaba. No sabía qué, pero tenía la certeza de que una pieza no encajaba bien en el rompecabezas de su vida o no estaba en absoluto. Esa noche tenía mucho qué hacer, debía encargarse de sus ocupaciones, cosa que para nada le agradaba...


"He pensado y pensado y pensado y no encuentro eso que falta. No tengo idea de qué hacer para completarme. Debo estar loca.

Tal vez si dejara esta vida que llevo y comienzo de nuevo... si! Tal vez así! Pero entonces no es que me falte algo, sino que lo que tengo es completamente inútil.

Encontrar lo que falta es como buscar un diminuto trozo de carbón en un cuarto vacío y totalmente oscuro. Sin una luz te es imposible. Pero, donde conseguir una luz en un cuarto vacío y totalmente oscuro?"



Si alguien pudiera ayudarla...

domingo, 21 de septiembre de 2008

Otra más.

Isabel me habla entre sueños. Me cuenta sobre su vida en la carretera y los bosques, sobre su gato, su cámara (que aún conserva) y su muerte.

Isabel es algo más. Isabel no es una pérdida de tiempo, aliento, pintura, pensamiento o vida. Isabel es muchísimo más que eso y su cabello rojo no me permite olvidarla. Creo que Isabel me ha conquistado y amenaza con convertirse en obsesión. Una obsesión que no cesará hasta ser totalmente plasmada en papel...



Ahora extraño a Isabel y su sensación de que nada va con su cabello.

domingo, 14 de septiembre de 2008

Si una estrella se apaga.

Escucho una canción que no entiendo. Y no porque sea un idiota, sino porque no entiendo el francés.

Esta noche jugué ajedrez con unas sombras y, naturalmente, perdí. No sé jugar ajedrez. Me molestan las torres y los caballos. Los alfiles y peones. Las piñas y las niñas. El cuadro y el manto estelar.


Sonidos pequeños y graves. Mecen, arrullan. Me llevan entre sus suaves y cálidas ondas. Pequeños soniditos conductores. Creo que los caminos han sido hechos para las ovejas. En diciembre, cuando el sol se ausenta, me siento por fín en casa. Y no lo sé, no lo sé, no lo sé, pero los recuerdos vienen con un saborsillo amargo, lo cual es bueno, pues no soporto demasiado el dulce.

Y a qué venía esto? La verdad, como siempre, no tengo idea. Estoy cansado. La extraño y estoy algo preocupado por ella. Pero trato de penser que es fuerte y estará bien.




Descansa, buenas noches.

domingo, 7 de septiembre de 2008

Ojos ausentes, mente bien cerrada.

Otra vez me puse a pensar en la gente. Sobre todo en esa gente que no me agrada para nada. En mente bien cerrada no entra razón. No se encuentra lógica


Pensé en esto (y muchísimas cosas más) mientras pierdo el tiempo, pues no quiero hacer lo que debo. La escuela me aburre. Los conocimientos en forma no son lo mío. Prefiero aprender por experiencias. Duele más: se aprende mejor.

Quiero conocer París, Praga, Zurich, Madrid y Barcelona... ciudades de las que he leído un poco. Donde se desenvuelven historias intensas, increíbles, atemporales. Quiero sentir esa emoción. Empaparme de sensaciones ajenas, aprender de ellas. Quemarme bajo el sol en una ciudad lejana para después sumergirme en la piel de aquella me ha de acompañarme.

Hoy no siento haber descansado. Siento como si me hubiera apaleado una multitud de seres invisibles mientras intentaba dormir. Necesito muestras de algo, pero no estoy de humor para recibirlas. Estoy cansado y cuando estoy cansado me malhumoro. No lo sé, simplemente así soy yo.

Muchas veces escuchar una canción basta. Otras prefiero fumar un cigarrillo, tal vez beber un poco. Otras me gusta escribir...



Hoy quiero irme de aquí. Hoy quiero simplemente ser yo.