viernes, 9 de octubre de 2009

Egoísta.

"No es recomendable mantenerse mucho tiempo a mi lado. No voy jamás a pensar en tí antes de mí. No cuentes conmigo, no va a salir bien. No esperes por mí, no voy a llegar temprano. No me intentes cubrir con azul, que al final seré amarillo."

No soy una mala persona. Estoy lejísimos de serlo, pero las menter pobres no lo entienden. Tan solo por haber sido llamadas pobres, ya los tendré aqui, golpeando a mi puerta, con la sangre en el reflejo de sus ojos. Es difícil para algunos aceptar que no tienen la suficiente capacidad para lograr ciertas cosas. No para mí. Yo por fortuna puedo aceptar y respetar mis límites. Respetar, no temer.

Se me ha llamado de muchas maneras. Egoísta no es una de ellas. Y no lo es porque quien me ha llamado de esas muchas maneras ni siquiera conoce esa palabra y muchas veces utiliza solo vulgarismos, pero ¿qué podemos hacer al respecto? Polvo como ese es mejor barrerlo de una vez, utilizando tapabocas si se puede, pues de lo contrario podríamos respirarlo, invitarlo a pasar a nosotros. Y lo único que va a lograr, es pudrir nuestro interior.

En fin. Soy un egoísta. El peor de todos. Jamás has conocido ni conocerás a alguien como yo. Quiero las cosas a mi manera o no se hacen. Quiero las cosas cuando las quiero y no me importa nada más. Cuando quieres ir a algún lado, yo te digo que no, simplemente porque no quiero.

Pero ¿te has puesto a pensar, pequeño nadie, que el no hacer lo que tu quieres que haga no es egoismo, sino respeto por mí? ¿Por qué iba a dejarme aplastar por tus órdenes cuando puedo aplastarte a tí junto con tu orgullo y todo lo demás solo con decir no?

Y te resulta tan frustrante. Porque sabes que yo no pierdo nada. Porque sabes que incluso si aceptara lo que dices, lo haría de nuevo a mí manera. Y tú, al final, terminarías sin importar.

En fin, mi egoísmo me dice que debo parar aquí, pues me he aburrido de explicarte las cosas y no quiero hacerlo más.

No hay comentarios: