viernes, 1 de enero de 2010

Pie, realidad.


Extraña como es la vida, es el paso del tiempo mismo. Es el paso de los años, dando lugar a las décadas que a su vez dan lugar a los siglos y asi sucesivamente hasta las eras.

Hoy ha comenzado otro año y con el otra década. Hace diez años un nuevo milenio, según lo establecido.

Ni siquiera me di cuenta.

Cruzando palabras con un ser diferente me he dado cuenta de muchas cosas. Lo insoportablemente inútil que es la vida. El tiempo que pasamos no siendo nosotros, sino alguien más. Buscando una escencia que no tenemos y deseamos más que nada. Una escencia inexistente. Algo completamente irreal que nos hará sentir mejor. Utopía, podría llamársele, pero es ahí cuando caemos en la esperanza.

Y la esperanza, a su vez, da lugar a la fé. El creer y no pensar. El seguir sin cuestionar.

El velo invisible en los ojos de la razón.

La razón, la razón, la razón. "Tienes toda la razón". Usamos la palabra más veces de las que nos damos cuenta. Ni siquiera sabemos completamente lo que significa o de lo que se trata.

Quisiera conocer cada pensamiento de cada gran pensador de esta y todas las eras y cuestionarlos para asi llegar a un propio pensamiento. Y cuestionarlo. Cuestionarlo de igual manera para luego transmitirlo a quien disponga del tiempo suficiente para escuchar lo que tengo qué decir.

Me hundo cada vez más en este asiento. Este asiento representa mi propia mente. No tengo en este momento un pie para pisar. Ella es mi pie, mi cuerpo entero. El suelo es la realidad. Estos días no existen. No me encuentro en el mundo, estoy en otro lugar, descubriendo partes de mí que no creía tener.

La realidad es la gran limitante. La gran pero indispensable limitante. Ese domo en la mente que nos impide salir volando, pues salir volando es abandonar el cuerpo. El cuerpo es real. El cuerpo es lo más real que tenemos, un envase que impide que el fluido de nuestra mente se derrame y lo invada todo. Para eso es el cráneo, para eso son los huesos. El sostén y la locomoción son algo secundario. El hueso es la barrera entre lo real y nuestro interior, el otro lugar. El cráneo es el arma de la realidad. El escudo que protege al mundo de la libertad del hombre, lastimándolo.

Pero la realidad es la fuente del placer. Otra arma que le ayuda a mantener al hombre en ella. El placer es necesario. Un hombre sin placer será jamás un hombre entero, así como un hombre vivo será jamás un hombre libre, pues es presa de la necesidad. Necesidad de compañía, alimento y excreción.

Somos irremediables, inevitables esclavos del cuerpo. Una vez que consigamos la tan anhelada libertad y alcancemos la plenitud de la mente (es decir, abandonemos nuestro cuerpo), no tendremos forma alguna de comunicar lo que hemos descubierto.

Por eso, y solo por eso, es que debemos adentrarnos en nosotros y en el mundo mismo para descubrir e interpretar lo que encontremos. Luchemos contra la realidad.

2 comentarios:

aamb dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
aamb dijo...

otro año, otra oportunidad para mi.

Siempre he llegado aqui, espero ahora quedarme.

te amo demasiado

Pd. la entrada anterior es mia pero me equivoque y no tengo acentos

te amoo